En la mayoría de los hogares hay, al menos, una televisión. Esta pantalla nos muestra acontecimientos, formas de vida, productos de consumo... todo ello aderezado de unos medios técnicos, a veces espectaculares, que hacen que el contenido que se emite a través de la televisión influya, de una manera u otra, en la vida de las personas. Este medio resalta unos valores sociales que pueden chocar con los propios de un grupo social o familiar y con las enseñanzas escolares, provocando un conflicto en la personalidad del individuo. (Este punto se resaltó como conclusión del eje 1, punto 1.2., en el Congreso Internacional de Educación Mediática & Competencia digital de Segovia en su fase virtual )
El Ministerio de Educación nos recuerda que el contexto social, familiar y económico es determinante para valorar las efectos de la televisión. Según Carmen Marta Lazo
“Los padres serían la primera fuente de contraste de lo visto en televisión por encontrarse en el ámbito en el que tiene lugar el visionado.” p. 226En la investigación realizada por esta autora se ha descubierto que a los niños les gustaría "integrar la enseñanza de la televisión en el currículo escolar" pues creen que sus padres no les pueden explicar aquello que no entienden de la televisión.
Además de las razones que dan los niños para integrar la educación mediática en la escuela, especialistas e investigadores en educomunicación ofrecen muchas otras más, quizás una de las más completas sea la de
Agustín García Mantilla.
“La educomunicación ‘aspira a dotar a toda persona de las competencias expresivas imprescindibles para su normal desenvolvimiento comunicativo y para el desarrollo de su creatividad. Asimismo, ofrece los instrumentos para: comprender la producción social de comunicación, saber valorar cómo funcionan las estructuras de poder, cuáles son las técnicas y los elementos expresivos que los medios manejan y poder apreciar los mensajes con suficiente distanciamiento crítico, minimizando los riesgos de manipulación’.”
Creo que, teniendo en cuenta las horas que pasan algunas personas delante de la pantalla de la televisión, es necesaria esta intervención educativa. Es importante que los alumnos tengan armas para analizar los mensajes que reciben, para poder ser emisores y receptores críticos que no se dejan manipular fácilmente por una maquinaria que puede inducir al consumo y que tiende al dirigismo.